viernes, 18 de septiembre de 2015

Digamos que...

Digamos que salto
al abismo oscuro,
profundo y tenebroso.

Caigo y me encuentro
solo y sin aliento,
envuelto en miedo

Digamos que espero
a que el milagro de primavera,
me queme o me llueva 

Digamos que...

Mejor lo dejo
a decisión del destino,
esperando entristecido
en la baranda de mi balcón
una grieta en el suelo
y una puerta en mi colchón. 

Yo mismo

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