Digamos que salto
al abismo oscuro,
profundo y tenebroso.
Caigo y me encuentro
solo y sin aliento,
envuelto en miedo
Digamos que espero
a que el milagro de primavera,
me queme o me llueva
Digamos que...
Mejor lo dejo
a decisión del destino,
esperando entristecido
en la baranda de mi balcón
una grieta en el suelo
y una puerta en mi colchón.
Yo mismo
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