No esperaba.
La belleza brillaba
a la vez que sonaba
la melodía acabada
El corazón del viejo
latía con desparpajo
a la vez que el piano
marcaba un compás de cuatro por cuatro
Con su llanto y una lágrima mojó
su partitura en do.
Entonces él con pluma en mano
sutilmente la firmó
Yo mismo
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